Mujeres tras las revistas
Ofelia Uribe de Acosta, Josefina Canal de Reyes, Mariaurora Escovar y Flor Romero de Nohra fueron algunas de las mujeres que idearon y mantuvieron las revistas de mujeres como proyectos editoriales y plataformas políticas, educativas, cívicas y artísticas que posibilitaron la circulación de contenidos impresos escritos por mujeres y para mujeres.
Las publicaciones periódicas de estas cuatro mujeres sentaron posición frente a las principales problemáticas políticas y sociales del país, abogaron por construir un espacio para la expresión pública y propusieron una agenda propia para el accionar político de las mujeres colombianas a mediados del siglo XX. Estas publicaciones también propiciaron un espacio de educación sobre la vida privada, la salud, la belleza, la maternidad y la familia como aspectos constitutivos de una feminidad que se legitimaba como sustento de una nación colombiana nueva, esculpida no sólo por el liderazgo de los sectores más altos sino también por el trabajo de los más bajos.
Además, y de manera importante, las publicaciones plantearon reflexiones sobre el periodismo y cuestionaron, sin dejar de asumir ellas mismas posturas y prácticas ambivalentes, las formas dominantes de ejercer el oficio en un país desgastado por la injusticia y la violencia.

Ofelia Uribe de Acosta
Agitación Femenina
“No es posible desconocer hoy que hay en Colombia un movimiento respaldado por un fuerte núcleo de mujeres que reclaman la ciudadanía...”
Agitación Femenina, noviembre, 1944, 3.
En Oiba, Santander, y en plena Guerra de los Mil Días, nació Ofelia Uribe de Acosta. Era 1900. Diecisiete años después, se graduó de maestra de la Escuela Normal de San Gil. Como muchas mujeres destacadas del momento, Uribe de Acosta estudió lo que estaba a su disposición en los centros educativos: didáctica. Su labor, sin embargo, desbordó los límites de su formación escolar. Antes de fundar y dirigir Agitación Femenina en la década de los 40 y Verdad en la década de los 50, Uribe de Acosta ya se hacía un espacio en la lucha a favor de los derechos de las mujeres.
En 1930, participó en el IV Congreso Internacional de Mujeres con sede en Bogotá. En calidad de representante del departamento de Boyacá, allí presentó una ponencia sobre los derechos civiles de las mujeres casadas. En ese momento, las mujeres aún dependían de sus esposos para el manejo de sus propios bienes y les estaban negados el voto y la participación política efectiva. Uribe de Acosta también fue conocida, antes de echar a andar sus proyectos de publicaciones periódicas, por incursiones en espacios radiales que llegaron a ser controversiales, particularmente La hora feminista de Radio Boyacá. En esos espacios, entrenaba y consolidaba una voz que luego afinó con sus críticas desde Agitación Femenina y sus ambiciones periodísticas desde Verdad.
Más adelante, en tiempos de las disputas por el voto a finales de la década del 50 y de la instalación del Frente Nacional con su alternancia del poder entre Conservadores y Liberales, continuó haciendo esfuerzos por visibilizar a las mujeres, reafirmándose como una de las figuras faro de la época. Desde su afiliación con el Movimiento Revolucionario Liberal en la década del 60, Uribe de Acosta continuó exigiendo la implementación real de derechos para las ciudadanas. En 1963, escribió y publicó uno de los textos fundacionales del feminismo colombiano, Una voz insurgente. Allí recapituló los esfuerzos que otras como ella habían hecho hasta entonces en favor de los derechos de las mujeres y puntualizó la necesidad urgente de integrarlas a la vida social y política del país.

Josefina Canal de Reyes
Mireya
“...Nosotras también podemos colaborar en la empresa titánica de reconstrucción en que se empeñan nuestras hermanas de todas las latitudes…”
Mireya, octubre, 1943, 11.
Cuatro años mayor que Ofelia Uribe de Acosta, Josefina Canal de Reyes nació en 1896, en Pamplona, Norte de Santander. Aunque buena parte de su vida la dedicó a la defensa política de los derechos de las mujeres, Canal de Reyes también se destacó como propulsora de la educación femenina, y fue allí donde su labor en pro de las mujeres se concentró por muchos años. Estudió en la Escuela Normal de Institutoras de Bucaramanga, en la capital del departamento, y fue profesora en Pamplona, Bucaramanga y Bogotá. Siguió en esto los pasos de su madre, Ana Rosa Olarte de Canal, quien también había sido educadora. Además de ser la fundadora y directora de Mireya (1943), inicialmente junto a Mercedes Triana de Castillo, Canal de Reyes colaboró en diferentes publicaciones periódicas femeninas como Lumbre (Cartagena) y Verdad (Bogotá) y en periódicos de circulación regional como El Diario de la Costa y La República. Desde estos foros públicos, se hacía más visible y ganaba espacios en el terreno de las publicaciones periódicas, convirtiéndose en una pluma femenina autorizada.
Al igual que Uribe de Acosta, Canal de Reyes apoyó desde la prensa la lucha de las mujeres por la consecución de sus derechos, aunque desde la orilla conservadora. En momentos de efervescencia y de esperanza en las organizaciones colectivas femeninas, Canal de Reyes hizo parte de la Unión Femenina de Colombia. Uno de sus últimos esfuerzos políticos notables fue su participación en la lista de candidatos para la Cámara por Bolívar, agitando la bandera de las mujeres y su importancia como elementos de sostenimiento moral nacional.

Mercedes Triana de Castillo
Mireya
“...Una legión de mujeres de firme voluntad, de clara inteligencia y esforzado corazón. Eso es lo que necesitamos para hacer más amable la vida (…) para luchar por nuestros fueros, para exigir que se nos concedan derechos a la par que se nos imponen deberes…”
Mireya, enero, 1944, 5.
También nació a principios de siglo, en 1908, una vez pasados los años de la Guerra de los Mil Días. Sus convicciones de Liberal no le impidieron fundar Mireya en 1943, junto a la conservadora Josefina Canal de Reyes, quien terminó por liderar el proyecto de esta publicación femenina, aunque siempre contando con las asiduas colaboraciones de Triana de Castillo.
Entre las visionarias de las revistas femeninas del siglo XX, Triana de Castillo fue quien más destacó como joven escritora, igualada más adelante por una prolífica Flor Romero de Nohra. Produjo cuentos y ensayos desde muy temprana edad y escribió para múltiples diarios nacionales y extranjeros, principalmente panameños y chilenos. En el terreno de las publicaciones periódicas, participó con sus columnas y reseñas en importantes títulos como Cromos, El Gráfico, La Razón, El Tiempo, El Espectador y El Liberal, además de su participación en revistas femeninas como Lumbre. Su marca como mujer de prensa fue la defensa de las mujeres, en particular la defensa de su emancipación por vía de su intelecto para, así, redefinir su rol de cara a la sociedad. Como mujer activa entre las décadas de 1940 y 1970, sus piezas llamaron subrayaron la necesidad de un cambio que abrazara nuevas visiones de feminidad, pero sin dejar atrás la exigencia de conservar prácticas arraigadas de cuidado de la familia y del hombre colombianos.
Además de sus colaboraciones en la prensa de la época, fue una de las voces femeninas de la radio en la década de 1950, cuando aún era transgresor para una mujer estar en este foro público, a pesar de que varias ya lo habían intentado y seguían insistiendo en ello como Triana de Castillo y, de manera importante, Mariaurora Escovar. En ese medio, lideró programas reconocidos como "Orientaciones Femeninas", "Nuestros Hijos" y "La Feria del Libro de la Radiodifusora Nacional". Esto lo hacía mientras escribía guiones de radioteatro y reseñas para la radio, actividades en las que se desempeñó de manera constante.

Mariaurora Escovar
Mundo Femenino
“Elevada la mujer al nivel cultural que le corresponde, responsable ante sí misma y ante la sociedad…, el Estado habrá de reconocerle la plenitud de sus derechos ciudadanos en igualdad de condiciones con el hombre…”
Mundo Femenino, octubre, 1953, 10.
Mostrando una notable inteligencia y habilidad de aprovechar una oportunidad privilegiada, Mariaurora Escovar estudió derecho. Cumplía con esto el propósito de muchas mujeres de acceder a la educación superior universitaria y obtener un título profesional. Bogotana más de dos décadas menor que sus antecesoras, Escovar había nacido en un momento en el que se empezaban a recoger los frutos de luchas femeninas previas por la incorporación activa de las mujeres en la vida social y política del país. Por ejemplo, para su época se implementaban poco a poco algunos cambios importantes como el del acceso más fluido, aunque aún limitado, de las mujeres a las universidades, cosa de la que ella supo beneficiarse.
Los cupos universitarios más comunes para las mujeres fueron en lo que se conoció a mitad del siglo XX como las Facultades Femeninas, adiciones de las instituciones de educación superior y con programas pensados para el público femenino exclusivamente. Aunque todavía de maneras complicadas y con muchas restricciones, también se atestiguaba el acceso de las mujeres a los programas universitarios más prestigiosos y tradicionalmente reservados para los hombres, particularmente el programa de derecho, que ya empezaba a abrir sus puertas a las mujeres. Escovar intentó litigar, pero donde más destacó fue en los medios. Allí cultivó su pluma y su voz política para favorecer a las mujeres.
En la década de 1950, creó Mundo Femenino, un proyecto que inició como publicación periódica escrita y que muy pronto se extendió también a la radio, con colaboradoras y presentadoras en distintas regiones del país, más allá de la capital. Siendo directora de Mundo Femenino, Escovar colaboró en la campaña sufragista renovada de los años 50, hombro a hombro con otras líderes de la política del voto femenino. Para finales de esa misma década, Escovar sería una de las figuras reconocidas en el extranjero por su participación en iniciativas universitarias para mujeres en América Latina.

Flor Romero de Nohra
Mujer
“Sin duda alguna, hoy más que en otras épocas, todo el país clava sus miradas en la actuación política
femenina. Tanto ellos como ellas están pendientes de las actitudes de la mujer moderna en las plazas
públicas, y la votación del sector femenino comienza tenerse en cuenta.”
Mujer, marzo, 1962, 5.
Con familia en Santander, como Ofelia Uribe de Acosta y Josefina Canal de Reyes, Flor Romero de Nohra nació en Guaduas, en 1933. Con Mariaurora Escovar, recibió el legado del trabajo en prensa de sus antecesoras e impulsó proyectos periodísticos que buscaron fortalecer el papel de la mujer en el oficio. En Bogotá, Flor Romero de Nohra estudió comercio, un programa típicamente femenino y que se popularizaba en su momento para las mujeres que empezaban a tener oportunidades en los puestos de asistentes en los sectores públicos y privados de la economía nacional. En 1948, entró a El Espectador en calidad de secretaria del director del diario, Luís Cano. A pocos meses de estar allí trabajando, Romero de Nohra empezó a escribir notas en la sección de sociales del periódico, y gradualmente se concentraba más en sus labores de periodista que de secretaria.
Un año más tarde, Romero de Nohra ingresó al programa de Periodismo y Radiodifusión de la Universidad Javeriana, financiada por un beca del periódico. Después de un comienzo difícil y de haber sido cerrado por una década, el programa abría de nuevo en 1949, gracias a una alianza de la universidad con medios como El Espectador, El Colombiano y La Voz de Antioquia. Esta alianza prometió la profesionalización paulatina de los hombres y mujeres de prensa en el país. Romero de Nohra se graduó de periodista en 1951, en una cohorte de 15 estudiantes, donde 11 eran hombres y el resto mujeres, de las cuales solo ella terminó por destacarse en las publicaciones periódicas.
A mediados de la década de 1950, Romero de Nohra, entusiasmada como muchos otros con los cambios que pudiera traer el General Gustavo Rojas Pinilla en el contexto de la violencia partidista, se sumó al gobierno con la esperanza de participar en la prensa oficial del momento. Sin embargo, ante el desprestigio de este gobierno y con la nueva esperanza del Frente Nacional para la reconciliación entre Conservadores y Liberales, Romero de Nohra fundó Mujer en 1961. Siendo directora de esta publicación, participó del "Congreso Internacional de Mujeres Periodistas de América Latina", en Nueva York y Washington en 1963. El Congreso significó para Romero de Nohra empezar a conectarse con mujeres de prensa extranjeras, algunas de las cuales luego se volvieron corresponsales de su propia revista en Colombia. Ella fue una de las primeras mujeres en ser miembro de la mesa directiva del Círculo de Periodistas de Bogotá.
